lunes, 12 de enero de 2009

FINANCIACION Y COMPETENCIAS IMPROPIAS


Mi amigo Alberto me envia un articulo de Javier Marias publicado en El Pais Semanal y titulado "Nuestras autoridades contra el trabajo" que os recomiendo vivamente.
Hace muchos años que leo los libros que publica Javier y muchos de sus articulos periodisticos y me parece una de las personas más lúcidas del pais, que además es capaz de poner por escrito lo que muchos pensamos y decimos en privado y en pequeños grupos.
En el artículo de referencia se queja, (algo habitual en él, lo cual me consuela bastante porque compruebo que no soy yo sola la que me percato de esos desagradables eventos) del ruido y falta de consideración con la gente trabajadora que tienen nuestros politicos y preferentemente nuestros políticos municipales, que se siente en la obligación ineludible de tener al personal entretenido de continuo y si es con mucho ruido y fanfarria mejor que mejor. Y al hilo de su pregunta
¿Desde cuándo es competencia del Estado entretener a la gente en las calles?
me acuerdo de alguna charla que he podido escuchar a prestigiosos economistas acerca de los problemas de financiación que tienen los Ayuntamientos y que yo comparto, pero que a la vez provienen, entre otros, de hacerse cargo de lo que se denomina "competencias impropias", es decir, aquellas que no siendo obligatorias para esas Administraciones, sus Alcaldes se sienten en la obligación de prestarlas y estas son fundamentalmente las fiestas o saraos a que nos tienen acostumbrados.
Incluso en nuestro Oviedo, donde la opción política imperante, totalmente legítima y por cuya gestión obtiene tantos votos el alcalde, tiende preferentemente a la privatización de casi todo, incluso aquí digo, se dedican cuantiosas sumas a las cuestiones festivas que no son lo mismo que culturales.
El artículo de Javier debería mover a los ciudadanos a pensar un poco en qué prefieren que se gasten sus tributos. Tal vez cuando sobra, cuando está ya todo hecho, cuando todos disfrutamos de los servicios básicos mínimos, podamos destinar parte de la tarta a estos menesteres, pero cuando nos falta de casi todo, y tenemos que apretarnos el cinturón, pues como que yo preferiría festivales de calle con faranduleros voluntarios que seguro que haberlos, haylos y con ganas de actuar, aunque fuera gratis.
He elegido esta foto con Perez-Reverte al final, porque es otro de mis escritores favoritosy sobre todo irreverentes que escribe de manera sublime casi todo lo que yo pienso de la realidad que nos rodea y nos engulle ultimamente

3 comentarios:

juan benjamin dijo...

Efectivamente, en Oviedo el Partido Popular se ha dedicado a privatizar el servicio de aguas, cementerios, gestión de ingresos, etc, y a municipalizar las actividades hípicas y la Sociedad Ovetense de Festejos.De la hípica seguramente tendremos ocasión de hablar otro día. De la SOF, recordar que era una sociedad modélica, con más de veinte mil socios y que aportando una modesta cuota teníamos libre acceso al hípico, teatro asturiano, el baile de la Herradura, etc. y bonificaciones para numerosas actividades culturales, folclóricas, deportivas, además del bollu y vino. Bueno, pues ahora, gracias a un político liberal como Gabino, las fiestas nos cuestan una millonada, mientras no hay dinero para arreglar el pavimento de las calles, mejorar el transporte urbano o dotar de saneamiento a la zona rural.Eso si, no desperdicia ocasión para pedir más dinero seguir despilfarrandolo en "competencias impropias"

Flores La Plaza dijo...

a mi este tio me cae muy bien, escribe de maravilla....

Sevach dijo...

De acuerdo completamente contigo. Los Ayuntamientos aguantan la vela de sus propias competencias y además las ajenas...Y las arcas municipales sufren y sufren. Pero nadie le pone el cascabel al gato porque esas competencias que no son las básicas con las mas vistosas en términos de prensa y autobombo político.
Por cierto, te recomiendo la última compilación de Reverte, "Cuando eramos honrados mercenarios" Alfaguara, donde incorpora artículos con relatos que implican a Javier Marías.
Saludos